Por: Chicho Rodríguez
Historias como la de Manuel Victorino García se encuentran todos los días en la calle; sin embargo, haberlo conocido, escuchar su testimonio y saber que fue alumno de mi abuelo; me llenó de profundo sentimiento.
A Manuel Victorino lo conocí coincidencialmente luego de que varios amigos que transitaban la carrera Quinta de Neiva me comentaran que un artista estaba pintando una imagen mía. ¡Luego de unos días decidí ir a visitarlo!
Eran las 5:00 p.m. de un día caluroso como los que suelen haber en mi ciudad; llevé un buen café para amenizar la charla; al verme, la sonrisa de don Manuel, al corroborar que su retrato había quedado idéntico a mi rostro, demostró la satisfacción de un artista experimentado, conocedor de su talento al que le han faltado oportunidades para crecer.
Fue una charla de más de 40 minutos en la que me contó de su vida, de su familia, de sus talentos y especialmente de su cercanía a mi abuelo.
No me podía ir sin preguntarle la razón por la que se motivó a dibujarme. Su respuesta fue contundente: “Vi un volante suyo y su slogan de ‘Firmando Ando’ me gustó. Dije voy a pintarlo. Algún día se lo entregaré”.
Don Manuel me expresó su apoyo, su amistad y su deseo de poder ver a Neiva como una ciudad que avance en educación, en salud, en economía y en oportunidades para personas que como él no han sido tenidas en cuenta en el enriquecimiento cultural.
Me llevé su obra de arte, no cualquiera le hace a uno un retrato sin conocerlo; aprovechó para hacer extensiva la invitación para que entre todos apoyemos a estas personas que hacen parte de las industrias creativas y que hoy nos necesitan para sacar sus proyectos adelante.
¡Hasta pronto!